domingo, 7 de agosto de 2016

Restaurante Ichiban en Nerja





Visitar Nerja, o comer en un japonés decente, son dos experiencias que ninguna persona debería dejar de hacer antes de que llame a su puerta el Señor de la Guadaña. 

 El lugar elegido fue el restaurante Ichiban de Nerja. Buena ubicación, en ese glamuroso hormiguero en que se convierte el centro de Nerja en las tórridas noches de verano.

La decoración interior era bastante cuidadosa, como sólo pueden serlo los restaurantes japoneses decentes. Pero ninguna decoración gana a una terraza en verano en este magnífico pueblo; mi Feng Shui particular lo obtengo con ver pasar la vida y la belleza desde una atalaya rellena de cerveza.

Abordando el transcendente tema de la comida, me gustaría resaltar la asombrosa variedad, la poderosa y miscelánica carta que poseen; necesité leermela tres veces para decidirme. Pedí, para variar, una interesante variedad de platos que paso a describir.

 - Maki de tempura de langostino: excelente y apetitoso
- Maki con cangrejo y huevas de pez: aceptable, pero de lo más mediocre de la noche

Los makis

- Langostino rebozado con sésamo: prodigioso plato que vino acompañada de una especie de mahonesa maravillosa; elegir este plato fue como acertar un pleno al 15.

Langostinos con sésamo

- Pato Beijing: En otros lados se le conoce como Pato Pekin, no es por nada, sino porque Beijing es su nombre en chino. Este plato se acompaña con unas tortitas muy finas, tiras de pepino y una salsa agridulce. Se lia como un canuto con todo dentro y a la boca. 

En este punto, debo decir que es el mejor pato Pekin que me he comido en mi humilde y glotona vida. Para cguparse los dedos hasta que se nos borren las huellas dactilares.

Pato Beijing

 - Tallarines con pollo: No eran tallarines propiamente dichos, sino fideos largos. Debo decir que en los restaurante asiáticos es casi un milagro encontra un trozo de carne en estos platos. No fue el caso. El pollo era abundante, y los tallarines magnificos.


- Pollo Tepanyaki: Primo hermano por parte de padre del pollo teriyaki; a mi gusto, un peldaño por debajo. El de este restaurante estaba solo aceptable; una retama de esparto en medio de un huerto de delicias

Pollo tepanyaki


Como conclusión final, la velada fue excelente. Merece la pena volver, solo por la variedad de platos que tiene la carta y que promete tesoros deliciosos ocultos.


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