Recorrer Nerja en una noche de verano siempre es una
experiencia gratificadora. Andorrear por ese laberinto de callejuelas, bares,
terrazas de verano, heladerías, tiendas originales, galerías de arte para
desembocar en el Balcón de Europa.
Vista nocturna desde el Balcón. No existe cámara fotográfica en el mundo que pueda transmitirte la belleza de este instante |
Allí, mientras los artistas exponen sus
artes y ofrecen su talento, se puede uno asomar al solemne Balcón para
contemplar la inmensidad del mar y del mundo, el rugido de los dioses de los
mares que estrellan las olas contra las rocas.
Contextualizado esto, decidí elegir para cenar La Taberna,
nombre donde la ausencia de originalidad es evidente. En pleno centro, en una
terraza acogedora, aposenté mi presencia para disfrutar de la cena y de las magníficas
vistas que ofrecía el tránsito de la gente en verano, especialmente las
mujeres.
Flamenquin Casero, sobran las patatas |
El primer detalle fue el detalle pictográfico de la carta,
pues no solo ayuda al extranjero a ver aquello que le cuesta traducir, sino que
a mí me guió a través de los sinuosos caminos de la decisión hacía un
flamenquín casero con pinta magnifica.
Y fue tal cual. Un calco. Exacto al milímetro. El flamenquín
de la foto se manifestó ante mí. Este plato, al igual que las croquetas
caseras, debe ser imperfecto, amorfo, lo cual es garantía de la
manufacturación. Excelente, en definitiva, en su construcción como en su sabor.
La pega, patatas fritas de bolsa como acompañamiento. Por favor, un poco de dignidad para el señor flamenquín.
La pega, patatas fritas de bolsa como acompañamiento. Por favor, un poco de dignidad para el señor flamenquín.
Las entrañas del flamenquín |
Las gambas al pil pil estuvieron buenas. No excesivamente
picantes, se trata de comer, no de echar fuego por el culo. Escasas, como en
todos los restaurantes de España donde parece que las gambas las tienes que
pescar con arpón.
Gambas pil pil |
Una ensalada tropical que resultó soberbia. Piña, naranja,
kiwi, manzana, aguacate, gambas y salsa rosa. Fresquita y apetitosa. Soberbia,
repito.
Ensalada tropical, rozando el término macedonia |
Los mejillones a la marinera estuvieron impecables, limpios,
jugosos y deliciosos.
Mejillones a la marinera |
En conclusión, fue una buena decisión el sitio. No puedo
decir que volvería al lugar, ya que mi alma de viajero me hace nunca repetir
lugar; la vida es corta, y los bares abundantes. Pero sí digo que, si volviera
a revivir esa noche andorreando Nerja, volvería a elegir La Taberna.
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